Una de las características más sobresalientes de los manatíes es su robusto cuerpo. Las personas pensarían que su dieta está atascada de gran cantidad de animales, pues ¿cómo mantendría su tamaño?
Pero, sorpresa, los pacíficos manatíes mantienen una dieta eminentemente herbívora. A continuación, aprende las principales características de su alimentación.
Lo que comen los manatíes
Efectivamente, los hábitos alimenticios de estos sirenios se distinguen por la fuerte presencia de plantas acuáticas flotantes y sumergidas así como de algunos tipos de vegetación de litoral.
Hay que destacar que la dieta depende de la especie, del hábitat y de los requerimientos nutricionales de cada manatí. Por ejemplo, es bien sabido que los manatíes que se encuentran en Florida consumen más de 60 especies de plantas, entre las que se incluyen las algas, las hojas de mangle, hierba de tortuga y jacinto acuático. Los manatíes del oeste de África que se encuentran en aguas de Sierra Leona se adentran en los campos de arroz para consumir el grano, por lo que los agricultores no ven con buenos ojos al animal y lo consideran una plaga.
Otros manatíes se alimentan de trébol de mar, varios pastos marinos, plantas del género Hydrilla y hasta bellotas. Pero extrañamente, se ha visto individuos de las Antillas alimentándose de los peces que sobresalen de las redes de pesca y en el oeste de África pueden consumir almejas. Así que aunque se les considera especies particularmente herbívoras, en la dieta de algunos tiene cabida la carne en una mínima proporción.
Curiosamente, los individuos de las Antillas y de África Occidental son capaces de consumir agua dulce pues han sido vistos bebiendo de los desagües, mangueras y en las desembocaduras de ríos.
Los manatíes buscan su alimento sobre el fondo, es decir, en la columna inferior de agua ya que es ahí donde encuentran los pastos y otras especies vegetales. En ocasiones salen a la superficie para apoderarse de las plantas que cuelgan cerca o de la vegetación de la ribera y de las plantas que flotan en la superficie del agua.
Adaptaciones para la alimentación
En su hocico se vislumbra un labio superior dividido que en conjunción con el labio inferior y las aletas pectorales conforma una estructura útil para sujetar las plantas. La superficie del esmalte de sus molares ayuda a reducir el desgaste por masticación, pero de todos modos están dotados con un mecanismo de reemplazo de dientes. Esto es necesario debido a que muchas de las plantas que consume se mezclan con la arena y pueden resultar abrasivas al ser masticadas.
Del mismo modo que en las especies herbívoras terrestres, los triquéquidos cuentan con un estómago adaptado para digerir alimento con un alto contenido de fibra y con baja cantidad de proteínas. Además, en su paladar y mandíbula inferior se localizan una especie de almohadillas que contribuyen a la rotura de la comida en piezas más pequeñas.
Un solo manatí puede consumir de 4 a 9 o de 10 a 15 por ciento de su propio peso en un día, lo que se traduce en unos 50 kilogramos de alimento y cerca de 7 horas de búsqueda. A decir verdad, son animales muy voraces cuando de comer se trata. Del mismo modo que sus parientes los dugongos, generan una gran cantidad de gas por efecto de la digestión de toda la materia vegetal que consumen, por lo que flotan con gran facilidad.
Dado que son animales muy lentos, tienen una tasa metabólica muy baja. Los científicos creen que si es necesario, son capaces de no consumir nada durante 7 meses.