Trichechus inunguis
Este mamífero acuático es el único triquéquido que habita exclusivamente las aguas dulces de América del Sur. Es también la única especie de manatí desprovista de uñas en las aletas pectorales, y he ahí el origen de su nombre científico, pues inunguis significa en latín “sin uñas”.
Pertenece al orden Sirenia y al género Trichechus a cuyos miembros también se les denomina vacas marinas.
Descripción física
De las tres especies reconocidas, Trichechus inunguis es la más pequeña y delgada. Alcanza una longitud de hasta 2.8 metros y un peso de hasta 540 kilogramos, pero las hembras tienden a ser más grandes que los machos. Su piel es fina, arrugada y escasa de pelo, aunque mantiene las características vibrisas en la superficie del hocico. Algunos estudios sugieren que los manatíes pueden detectar los cambios en la presión del agua a través de estos pelos sensoriales.
Una característica distintiva es su coloración, que si bien, se trata de gris oscuro, bajo algunos ángulos y en sincronía con la luz natural, puede lucir negro. La zona inferior del cuerpo exhibe un extenso manchón blanco que lo distingue fácilmente de sus homólogos de África y las Antillas.
Su cuerpo parece alargado, con una cabeza redondeada y una cola aplanada con un borde redondeado. Carece de extremidades traseras así como de uñas y el borde de las aletas puede mostrar partes blancuzcas.
Distribución y hábitat
Para observar al manatí del Amazonas, es necesario adentrarnos a uno de los lugares más ricos en biodiversidad en el mundo. La distribución de Trichechus inunguis está restringida a la cuenca del río Amazonas, por lo que se entiende que es una especie de agua dulce.
Su rango abarca unos 7 millones de kilómetros cuadrados a través de Colombia, Ecuador y Perú hasta la desembocadura del río en Brasil. Sin embargo, están más concentrados en Brasil que en los demás países. Habita a lo largo del curso del río y los canales ricos en nutrientes cuya temperatura se encuentra entre los 25 y los 30 grados centígrados.
Las aguas que lo rodean contienen capas de vegetación y ramas que cubren gran parte de la superficie y el fondo, lo que no permite una óptima visibilidad y claridad dentro del agua. Sin embargo, los manatíes están muy bien adaptados para moverse con facilidad entre dichos elementos.
Alimentación
Es un mamífero herbívoro que se alimenta principalmente de jacintos de agua, pero consume también lirios, plantas de la división Anthocerotophyta, aráceas, lechugas de agua y diversos tipos de hierba y vegetación flotante. Sus hábitats necesitan tener disponible una gran cantidad de plantas acuáticas y semiacuáticas. Un individuo puede comer hasta el 8 por ciento de su peso al día.
La temporada de lluvias representa una época positiva, pues trae consigo la proliferación de hierba en las zonas de inundación, por lo que se alimenta con más frecuencia que durante la estación seca, aunque realmente esto nunca representa un problema, pues sus reservas de grasa corporal le permiten mantener su tamaño y una buena salud.
Comportamiento
Los manatíes del Amazonas son activos de día así como de noche, y aunque normalmente son individuos tímidos, reservados y solitarios, pueden reunirse en grupos de cuatro a seis miembros, siendo ocho el número máximo.
Cuando nadan cerca de la superficie prefieren esconder el cuerpo y mantener únicamente las fosas nasales fuera del agua; su capacidad para aguantar la respiración es encomiable: hasta 16 minutos. Las vocalizaciones están presentes sobre todo entre las madres y sus crías.
Poseen un mecanismo de termorregulación basado en el desvío del flujo sanguíneo de las zonas corporales que están en contacto más directo con el agua, pero la grasa subcutánea también ayuda a evitar la pérdida de calor.
Reproducción
Los individuos alcanzan la madurez a los 5-6 años de edad. Las hembras preñadas experimentan una gestación de 12 a 14 meses, de la cual se desarrolla una cría cuyo peso oscila entre 10 y 15 kilos y cuya longitud corporal es de 85 a 105 cm. Crece de 1.6 a 2 mm por día y un kilo por semana, por lo que en poco tiempo adquiere un tamaño considerable que lo hace menos vulnerable a los ataques de los depredadores. El pico de nacimientos sucede entre los meses de diciembre y julio.
La madre cuida a su cría durante un tiempo prolongado, así que entre un nacimiento y otro pueden pasar más de 3 años de diferencia, lo que puede representar un problema en cuestiones de conservación.
Amenazas y conservación
Como enemigos naturales podemos mencionar jaguares, caimanes y algunos tipos de tiburón adaptados al agua dulce.
Trichechus inunguis está catalogado como especie “Vulnerable” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y su población total tiende a disminuir.
El manatí se ve afectado por la caza ilegal, efectuada generalmente con arpón, un utensilio alargado con terminación en punta utilizado por el hombre desde la prehistoria. Su carne es muy codiciada y la grasa, la piel y los huesos también tienen su importancia. Las crías corren un gran peligro a causa de la captura incidental con redes y además, son proclives a ser vendidos a acuarios o a particulares para servir como mascotas exóticas. La lista de amenazas se complementa con la alteración o disturbio de su hábitat, ya sea por contaminación, deforestación o construcción de edificios.
Desafortunadamente, es una de las especies listadas en el Apéndice I de la CITES, junto con otras especies en peligro de extinción cuyo comercio internacional está prohibido. Hasta la fecha no existen esfuerzos de conservación específicos para el manatí del Amazonas, pero el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia tiene a su cargo el cuidado de varios individuos en cautiverio.