Los conocimientos acerca del comportamiento social de los manatíes aún son escasos. En realidad, estos mamíferos han sido vistos en numerosas ocasiones nadando juntos, pero no existe la certeza de que formen grupos organizados o permanentes que sean concebidos dentro una estructura social rígida.
¿Grupos sociales?
A los manatíes se les ha visto solos, en pares o en agrupaciones de no más de 6 individuos. En general, la unidad social básica de cualquier especie de triquéquido está constituida por la madre con su cría. Se trata del vínculo más fuerte entre dos individuos en tanto la cría necesita pasar varios meses junto a su madre mientras se vuelve independiente.
Por otra parte, pueden formarse pequeños grupos que se unen y se separan de forma casual, por lo que pueden considerarse seres semisociales. Pero aunque los grupos no son permanentes, los miembros se reúnen de tal manera que quedan segmentados según su edad, sexo y número, así que es posible observar agrupaciones constituidas únicamente por machos o por hembras.
Los machos tienen otro curioso comportamiento: se congregan en una especie de grupos de apareamiento en torno a una hembra receptiva, pero una vez que se han apareado se alejan de la hembra y no participan en los cuidados de la cría.
No son animales que dediquen gran parte de su día a la socialización. Por el contrario, su rutina consiste principalmente en el descanso, la búsqueda de alimentos y en una pequeña proporción en la navegación, la interacción con otros manatíes y demás actividades lúdicas, las cuales han sido vistas pocas veces. Se describen como actividades poco organizadas consistentes en montar las corrientes generadas por las presas a la vez que vocalizan o se tocan entre sí con el hocico, y en el movimiento coordinado de acciones como la respiración y el cambio de dirección al nadar entre dos individuos. Por su parte, los manatíes antillanos (Trichechus manatus) han sido observados en pequeños grupos, luchando entre sí durante varias horas.
Grupos estacionales
Por supuesto, no todos los manatíes manifiestan el mismo proceder. Su comportamiento depende de la región, la dieta, su historia de vida y algún otro factor. Sin embargo, una cosa es segura: algunos individuos se reúnen en centros de agregación de aguas cálidas durante los meses de invierno. Esto es así ya que, al tener una tasa metabólica muy baja, tienen una pobre capacidad para retener el calor de su cuerpo, por lo que se les hace necesario moverse para encontrar fuentes de agua tibias que les permitan mantener una temperatura adecuada y además encontrar fuentes de alimento.
Los manatíes de Florida, por ejemplo, pueden moverse a razón de 30 kilómetros por día y se reúnen en aguas cálidas naturales o artificiales al sur de la Península de Florida. Esto significa que no se distancian de su rango de distribución pero sí regresan a la misma área todos los años.
Los manatíes no suelen ser agresivos entre sí y definitivamente no son territoriales. Demuestran un comportamiento pacífico y los jóvenes tienden a ser curiosos con los objetos que les rodean. No parece existir un macho dominante o una pareja líder, y tampoco parecen existir casos de luchas verdaderamente agresivas entre los individuos.
A pesar de que los manatíes no se caracterizan por un marcado gregarismo, resulta equivocado pensar que son almas exclusivamente solitarias. Ya estás al tanto, su sociabilidad existe en función de sus necesidades y su instinto.