El manatí de Florida (Trichechus manatus latirostris) es uno de los mamíferos marinos más amenazados de Estados Unidos, apareciendo en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie “Endangered” (En peligro de extinción).
América y África albergan en sus aguas a los manatíes. Oficialmente existen 3 especies de triquéquidos y dos subespecies. Todas las especies figuran “Vulnerable” en la Lista Roja de la UICN, pero las dos subespecies se encuentran en peligro de extinción. ¿Te das cuenta de la grave situación?
Estado de conservación
Manatí antillano (Trichechus manatus).
Estado: Vulnerable.
- Trichechus manatus manatus (Manatí del Caribe). Estado: En peligro de extinción.
- Trichechus manatus latirostris (Manatí de Florida). Estado: En peligro de extinción.
Manatí del Amazonas (Trichechus inunguis).
Estado: Vulnerable.
Manatí africano (Trichechus senegalensis).
Estado: Vulnerable.
Amenazas de los manatíes
-Colisiones con embarcaciones. Es la causa más frecuente de muerte, y es que los triquéquidos son seres de lentos movimientos que habitan aguas poco profundas cercanas a las costas o en los ríos. En Florida, entre el 20 y el 22 por ciento de las muertes anuales de manatíes se producen como consecuencia de accidentes con las embarcaciones.
A menudo, los manatíes son golpeados por las lanchas, botes o barcos grandes, lo que les produce heridas superficiales o profundas que pueden agravarse con el tiempo y amenazar su vida. En otros casos, los manatíes mueren al ser golpeados.
-Captura ilegal. Para muchos cazadores resulta fácil atrapar a los lentos manatíes para obtener sus huesos, su piel y su aceite. Históricamente, la caza de manatíes se ha realizado con arpones. Los huesos eran especialmente codiciados puesto que con ellos se elaboraba una especie de poción con poderes milagrosos. Un museo de principios del siglo XIX podía comprar los huesos y la piel con sólo $100 dólares.
-Captura incidental. En ocasiones estos mamíferos se enredan en las redes de pesca y corren el riesgo de morir heridos o asfixiados.
-Destrucción y contaminación de hábitat. Como puede suponerse, su hábitat los hace más vulnerables a las actividades humanas, debido a su cercanía con las poblaciones. Las industrias pueden derramar sus desechos en las aguas, las construcciones desterrar kilómetros de manglares y los hogares arrojar basura sólida, que tiene el potencial de asfixiar si es ingerida.
A partir de mediados del siglo XX, los manatíes comenzaron a experimentar un rápido decrecimiento de sus hábitats, y en tiempos actuales muchas de las zonas donde vivían y pastaban no existen más.
-Calentamiento global y marea roja. El calentamiento global conforma una amenaza común para la mayoría de los seres vivos, puesto que el aumento de temperatura ocasiona el incremento del nivel del mar, el derretimiento de los polos y algunas modificaciones del hábitat. Por si esto no fuera poco, en los últimos años muchos manatíes han sido víctimas de la potente toxina de las algas que conforman la llamada marea roja. ¿La razón? El exceso de nutrientes que llega al mar por medio de la escorrentía, que lleva consigo los residuos de fertilizantes y sustancias diversas usadas en la agricultura.
Es muy fácil advertir que la mayoría de las amenazas son de origen antropogénico. En otras palabras, las acciones de los seres humanos tienen numerosos efectos que afectan directa o indirectamente a los manatíes.
Esfuerzos de conservación
Piensa por un momento: todos los sirenios del mundo están amenazados. ¿El mundo permitirá otra extinción? El rango de distribución de los manatíes no es precisamente extenso, y la tendencia es el descenso de la población.
Para evitar un problema magnánimo, la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres) protege a los manatíes y en general a todos los sirenios. A nivel nacional, Brasil prohibió en 1973 la caza del manatí del Amazonas y las leyes federales de Estados Unidos no permiten la caza, captura, matanza o acoso del manatí de Florida so pena de enfrentar una multa o hasta la prisión. En Florida, los manatíes están sujetos a conservación bajo la Florida Manatee Sanctuary Act of 1978.
Por otra parte, un puñado de santuarios y reservas son hogares de los triquéquidos en estado salvaje, como el Parque Nacional Turuépano en Venezuela y el Biotopo protegido Chocón Machacas en Guatemala. En julio de 2014, el manatí fue declarado el nuevo símbolo nacional de Costa Rica.